Eliane, la Princesa Valiente
Había una vez un reino donde todo era caos y violencia,
donde gnomos apristas y fujimoristas habían sellado un pacto
para quemar en la hoguera de la opinión pública
a una pequeña y frágil mujer de cabellos encendidos y ensortijados
que había caído víctima de una conjura,
donde lo evidente parecía oscuro y la verdad, mentira.
Durante cinco horas intentaron arrinconarla, provocarla, herirla, doblegarla.
Pero la grácil guerrera, no sólo capeó las peores preguntas, aclarando el origen de las cosas,
sino que ridiculizó a sus oponentes, dejando a todos con la boca abierta.
Eliane, se llamaba esa menuda guerrera que compareció aquel día.
Armada con su inteligencia, su verbo rápido y flamígero,
y una sonrisa y picardía tan cimbreante como su cintura política.
Respondió en español, quechua y francés.
Al término de la sesión, el pueblo quedó complacido. Eliane, la Princesa Valiente, había nacido.